Change language
Conservando la historia con vidrio

Conservando la historia con vidrio

Las conservas de vidrio pueden no ser las más glamurosas, pero la humanidad hubiera tenido una historia diferente sin ellas. Desde Napoleon hasta tu mesa, usar vidrio para conservar y transportar comida es una técnica que supera los 200 años.

Esta es la historia del humilde tarro de conservas, que a pesar de los avances en casi todos los aspectos de nuestro día a día, se han mantenido casi iguales al paso de varios miles de años. Pero ¿cómo se crearon? ¿y por qué vidrio?

La historia comienza en 4000 a.C. cuando los arqueólogos encuentran evidencia de la manufactura de vidrio, aunque no fue hasta alrededor de 1500 a.C. que el primer envase de vidrio se hizo cubriendo arena con una capa de vidrio fundido, permitiendo así crear una forma para almacenar.

La siguiente gran innovación ocurrió en Gran Bretaña, cuando el Sr. Ashley en Cstleford, Yorkshire creó una máquina semiautomática capaz de producir 200 botellas por hora, un avance increíble que triplicó la velocidad de producción de su fábrica. La innovación no termina ahí, porque 20 años después, el Sr. Michael Owens de Illinois creó un máquina automática que creaba 2.500 botellas cada hora – algo inimaginable.

Desde entonces, el envase de vidrio se ha perfeccionado, llegando hasta los hogares de millones, si no billones, de personas pero ¿qué lo hace tan perenne? Bueno, el vidrio es un material no reactivo, esto quiere decir que el producto que entre en contacto con él nunca se verá alterado o dañado al juntarse con él. Esto es extremadamente importante para conservar alimentos, como puedes imaginar, y al sellarlo, un envase de vidrio no permite que el aire entre o salga, asegurando que tu comida se conserve perfectamente comestible y deliciosa a veces durante años y gracias a la versatilidad de un simple tarro, puedes almacenar prácticamente de todo ¡incluyendo tu mermelada favorita!